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15 de enero de 2017

CONFIANZA

Esta tarde , durante la misa, estaba pensando en lo curioso de la presencia de Dios con  nosotros.
Dios que es la causa,  mantenimiento, funcionamiento.... de todo cuanto existe, se nos muestra en un pequeño trozo de pan y en un poco de vino. Y está realmente ahí y, mediante la comunión, lo recibimos en nosotros y no notamos nada especial....Llevamos en nosotros al mismo Dios y no notamos nada especial.
Nuestro ser no está preparado para ver el esplendor de la gloria de Dios.
Nuestro cuerpo es como un velo que mediatiza la visión de nuestro espíritu. Tan sólo percibimos lo que nuestros sentidos pueden percibir. Sin embargo, ahí esta esa realidad. Dios está en nosotros y con nosotros, aunque no seamos capaces de percibirlo.
Dios quiere que lo amemos y permanece oculto a nuestros sentidos. Dios también quiere que nosotros nos amemos y nos vemos como seres independientes, desconocidos, a veces, rivales. Tampoco vemos la relación que nos une a unos con los otros. Vemos personas  débiles de carácter, ambiciosas y egoístas... y no vemos el por qué tenemos que amarnos y ayudarnos.
Jesucristo se nos presenta como "el camino , la verdad y vida" y nos predicó una doctrina maravillosa, sencilla para cumplir, pero que choca directamente con nuestras tendencias personales. Predicó el amor y la unidad y, cuando estamos contentos y bien, nos parece una cosa natural; pero, cuando alguien se nos pone en contra o tenemos algo que nos molesta, ya no lo vemos tan natural.
Y ahí está la realidad: Dios , al que no vemos, el mandamiento del amor... y nuestra existencia.

Cuando Dios se hizo hombre, vivió como un hombre normal. Y era Dios. Sí es cierto que hizo milagros, anduvo sobre las aguas, se mostró transfigurado a algunos discípulos, pero no  quiso exhibir su poder. Al fín, sufrió la pasión y fué crucificado. Incluso, cuando se mostró a sus discípulos después de resucitar, lo hizo con sencillez.... Y es Dios. Este es nuestro camino, ya que es la Verdad , que nos llevará a la Vida.
Si así lo ha dispuesto Dios, quienes somos nosotros para opinar distinto? Si nuestro ejemplo de vida es Jesús, lo tenemos muy claro: El vino a servir y a ser útil a los demás, No vino a que se le sirviera como a Rey ni a que se le adorase como Dios. El fué uno más, que todo lo hizo bien.



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