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11 de mayo de 2014

EN BUSCA DE LA FELICIDAD

Es una tendencia innata en todo ser humano el buscar la felicidad.
Un niño es feliz con una caricia de sus padres, con una pelota para jugar.
Un niño es feliz con las cosas más simples.
Un joven es feliz con la esperanza de conseguir buenas notas en los estudios,
con la ilusión de la mirada de una chica, con el alago de los amigos.
Un adulto es feliz con un buen puesto de trabajo del que gana dinero para
mantener a toda su familia, con una situación destacada en la sociedad.
Una persona mayor es feliz con el cariño de su mujer y de sus hijos, con
mantener su cuerpo sin enfermedades y más o menos sano.
Un anciano es feliz viendo que su vida ha sido útil para otras personas y
que es querido por los que le rodean.
En todos los momentos de nuestra vida buscamos siempre la felicidad.
Hasta cuando sabemos que nos estamos perjudicando de alguna forma,
estamos buscando  ser felices.
Si analizamos un poco esta tendencia en nosotros, nos damos cuenta que
es una tendencia hacia algo exterior a nosotros que, a su vez nos complemente.
En nuestro ser tenemos una parte real interior que desea ser feliz pero que
necesita para conseguirlo de algo que está fuera de nosotros.
Nos sentimos felices en tanto en cuanto encontramos esa otra parte, exterior
a nosotros que nos complementa.
Es por tanto de suma importancia para nosotros el saber y controlar dónde
buscamos nuestro complemento que nos haga felices. Si nos equivocamos,
tenemos que saber rectificar y buscar por otro lado. Lo que no podemos hacer
es reprimir ese deseo y quedarnos en nosotros mismos. Si buscamos, encontraremos;
pero estemos atentos para poder dirigir y corregir, si hace falta, a tiempo nuestra
tendencia antes de que la parte externa domine nuestra voluntad equivocadamente.



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