Cuando me puse a tomar nota de estos “apuntes” no tenía ni la más remota idea de
publicarlos en un blog. Los tomé como una necesidad interior mía de organizar mi
forma de pensar, mi forma de razonar y ver que no había contradicción en lo que creía.
Posteriormente,, en un pequeño cursillo de informática, creamos una cuenta de Blogger. que, después de algún tiempo sin usarla, pensé que podría ser interesante, no sólo para mí, sino también para los demás y así comencé a escribir.
Sin embargo, el fundamento de todo lo que he publicado y el por qué, está en estos
“apuntes” que he sido un poco reacio en publicar y que hoy he decidido hacerlo.
Ahí van. Si les sirve de algo, den gracias a Dios por ello.
Hoy es 31 de Mayo del año 2010. Es el día en que hemos enterrado a mi hijo Javier.
Creo que es una buena fecha para comenzar a tomar nota de “cosas” sobre las que
llevo muchos años pensando. Tengo la duda sobre si serán o no una tontería; pero,
es mi forma de pensar.
Pienso en el tiempo: Es el cambio de las cosas. Si las cosas estuviesen en un estado
inmutable, en un estado permanente, no existiría tiempo. Todo sería igual.
El cambio se realiza en la conjunción del pasado, el ahora y el futuro. Es un punto de
coincidencia que está constantemente en movimiento.
Luego, la realidad de la vida, la realidad del mundo es algo que pasa cuando llega,
dando lugar constantemente a otro ahora que sigue la misma evolución.
Cuando estamos viviendo un momento, ya ha pasado. Se ha hecho recuerdo. Según
esto, en principio, el placer y el dolor es la misma circunstancia, pues, según se siente,
se acaba, pasando a formar parte de nuestro recuerdo. La realidad de cada persona es
un instante que se va repitiendo varias veces (10,20, 40, 80, 100.. años), pero siempre
es el instante último, actual, que toca con el futuro y con el pasado.
Hago un paréntesis. Hoy es 29 de Enero de 2012 y he leído lo escrito arriba. Según
este razonamiento, el tiempo siempre existirá, pues siempre habrá un pasado, un presente y un futuro. Si hacemos el ciclo de nacer, vivir y morir, al morir comenzamos un nuevo ciclo de nacer, vivir…. Existe el tiempo, el pasado, el presente y algo más que
podríamos llamar la Existencia ó la eternidad ó algo que no sé cómo llamar, pero que,
en realidad, tiene que existir ya que también tiene que existir la libertad en cada
persona como algo capaz de hacer cosas meritorias . Pero no sé cómo.
Una persona nace y comienza a vivir, comienza a cambiar. El cambio es tanto para el
espíritu como para el cuerpo. El recién nacido no se da cuenta de nada, simplemente
vive. Poco a poco recuerda, se asocian experiencias, se conocen cosas. Uno es capaz de pensar, de andar, de correr, de comer, de beber. Distingue el placer del daño.
Estudia y aprende la experiencia de otras personas….Su cuerpo, al principio no puede mantenerse por sí mismo. Poco a poco se va desarrollando y fortaleciendo. Cuando ha llegado al culmen del desarrollo del cuerpo, comienza la decaída, se va perdiendo
fuerzas y facultades hasta que es incapaz de actuar conjuntamente con la parte espiritual y entonces el cuerpo actúa por sí mismo, muere, y la parte espiritual tiene el suficiente desarrollo para actuar también por sí misma, sin el lastre del cuerpo material.
¿Qué es la vida? ¿Qué sentido tiene el cambio? La persona elije y toma una decisión de actuación en el momento actual, la cual elección condiciona todos y cada uno de los
momentos actuales siguientes.
La persona tiene una parte material y otra parte. Ambas partes viven a la vez y su
desarrollo es paralelo. En la elección del momento intervienen ambas partes: se elije
hacer algo por curiosidad, por placer… Por los momentos actuales el cuerpo se
desarrolla y la otra parte, también. Se forma el cuerpo y la personalidad.
(Me da la impresión de que esta forma de razonar me va a llevar a una encerrona de
razonamiento y que me estoy equivocando en algún punto. No lo sé. Intento razonar
sobre algo que supera a la razón, sobre algo que sobrepasa nuestros conceptos.
No tenemos el concepto de eternidad ni el concepto de actividad espiritual…. Razono
tan sólo con los conceptos actuales, influenciados y condicionados por la materia y
pretendo ir más allá).
Si comemos correctamente, hacemos ejercicio, descansamos… el cuerpo se va
desarrollando fuerte y vigoroso. A su vez, si estudiamos, hacemos una vida ordenada, ejercitamos correctamente nuestra mente y nuestros sentimientos, nuestra personalidad se va desarrollando igualmente fuerte y vigorosa. Si, por el contrario, no alimentamos
correctamente nuestro cuerpo, ni lo ejercitamos, nuestro cuerpo se debilita. Igual ocurre con nuestra personalidad cuando no la disciplinamos correctamente.
Existe en nuestro yo dos partes muy distintas, pero que, durante la vida, están unidas y dependientes muchas veces en sus actuaciones. Así, sentimos a través del cuerpo,
pensamos con conceptos de espacio y tiempo. Es ideal el dicho “Mens sana, in
corpore sano”; pero no tiene por qué ser así. Todo depende de la forma de ejercitar cuidar tanto el cuerpo como esa otra parte, que por llamarla de alguna forma, la
llamaremos la parte espiritual. Podemos tener un cuerpo sano y fuerte y, sin embargo
tener un espíritu enfermizo, débil y degenerado. Ó, tener un cuerpo débil y enfermizo y un espíritu recto y fuerte.
El ciclo de nuestra vida es nacer, desarrollarse y morir. El acto de nacer no es algo en el que nosotros tengamos ninguna influencia. Nos encontramos en la vida sin saber
porqué ni de dónde hemos salido. A partir de que vamos consiguiendo un cierto
desarrollo, comenzamos a influir en nuestros actos. Nuestro desarrollo lo podemos
dirigir por nuestra posibilidad de elegir nuestra actuación; pero llega un instante en el
que morimos. Ese instante tiene la misma realidad que cualquier otro vivido. En ese
instante de la muerte nuestro cuerpo es incapaz de reaccionar, se deteriora irremediablemente…
¿Qué pasa con nuestra otra parte, con nuestro espíritu?
Nuestro espíritu no puede actuar conjuntamente con nuestro cuerpo porque nuestro
cuerpo se corrompe y se descompone, es materia muerta..
porqué ni de dónde hemos salido. A partir de que vamos consiguiendo un cierto
desarrollo, comenzamos a influir en nuestros actos. Nuestro desarrollo lo podemos
dirigir por nuestra posibilidad de elegir nuestra actuación; pero llega un instante en el
que morimos. Ese instante tiene la misma realidad que cualquier otro vivido. En ese
instante de la muerte nuestro cuerpo es incapaz de reaccionar, se deteriora irremediablemente…
¿Qué pasa con nuestra otra parte, con nuestro espíritu?
Nuestro espíritu no puede actuar conjuntamente con nuestro cuerpo porque nuestro
cuerpo se corrompe y se descompone, es materia muerta..
Sólo cabrían dos posibilidades: que nuestro espíritu se independice del cuerpo ó que
también muera y desparezca. Si nuestro espíritu, nuestra personalidad, muere y
desaparece al morir y desaparecer el cuerpo, nuestra vida no tiene ningún sentido
porque hemos vivido instantes ficticios, sin ninguna realidad. Es igual lo qué hayamos
hecho, cómo nos hayamos comportado, qué hayamos conseguido…No tiene sentido la vida humana, como no tiene sentido que brille el sol y dé calor, que la tierra dé frutos para alimentarnos, que en la atmósfera haya oxigeno para que
respiremos…. Si esto ha comenzado por “casualidad”, es una casualidad con demasiadas
casualidades y si esto no ha sido una casualidad, resulta algo absurdo y sin sentido.
Es todo demasiado ligado, demasiado dependiente, demasiado complicado a nuestra
manera de ver para que sea producto de una casualidad ó para que sea un absurdo sin ningún sentido.
Pero si, al independizarse del cuerpo, nuestro espíritu, nuestra personalidad sigue
existiendo, entonces sí que tiene sentido la vida actual, porque es una preparación de
nuestra personalidad, es un desarrollo de nuestra personalidad para seguir existiendo
por sí misma. Luego lo realmente importante es el cultivo de nuestra personalidad
durante la vida actual.
¿Qué puedo conocer en este nuevo campo?
Nuestra otra parte va apareciendo en nuestra conciencia sin saber de donde, está ligada a un cuerpo y se va desarrollando con la actuación conjunta con ese cuerpo. Llega un momento en que ese socio de cuerpo es demasiado débil para colaborar en las
actuaciones conjuntas. A partir de aquí, esa otra parte desarrollada, esa personalidad,
esa parte intelectual, ese yo, actúa sin el bagaje del cuerpo. Su actuación está limitada
únicamente por su misma potencia. No necesita las categorías de tiempo y espacio para pensar, para sentir, para conocer, para querer. Sin embargo, sigue siendo yo, con
nombre y apellidos, independiente de todo lo más que le rodea.
En es instante último de vida conjunta, hemos pasado a una forma de vida sin las limitaciones que anteriormente teníamos; soy yo quien sigue en esa nueva forma de vida, a la cual mi personalidad ha ido en ese instante ahora –futuro.
Nuestra persona desarrollada sigue.
No puedo pensar más en esa nueva forma de ser o de vivir, sí de existir, porque no se
utiliza tiempo ni espacio para pensar. Sí tiene que estar ahí ó, cerca de ahí, la realidad,
utiliza tiempo ni espacio para pensar. Sí tiene que estar ahí ó, cerca de ahí, la realidad,
la finalidad de nuestra actuación conjunta en el ahora. Por otra parte, si ya no existe el
cambio de las cosas materiales porque no hay pasado ni futuro, solamente presente,
estamos en una categoría totalmente distinta de la actual. Hay actividad, hay vida, hay
toda la actividad espiritual (conocimiento, sentimientos, libertad, placer, dolor…) pero de una forma permanente, actual… es el Ahora. Nuestro yo actúa sin necesidad de
parte material ni de tiempo….
Si merece la pena estos pensamientos son únicamente porque vemos lo absurdo de
querer parar los ahoras agradables que pasamos y no desesperarnos con los ahoras
malos que tenemos. Todos, buenos y malos, están ligados al ahora/futuro, que está ahí y que sabemos que tenemos que vivir para desarrollar nuestra persona y pasar a esa
otra realidad de nosotros mismos.
Si yo, ahora, consto de dos partes, una material y otra espiritual y la parte material
queda inutilizada a la hora de la muerte, dando paso a la independencia de la parte
espiritual, que sigue siendo yo, eso indica la superioridad absoluta de la parte espiritual, la cual debería dirigir todas las elecciones de nuestra actuación actual, ya que son las
que hacen que nuestra parte espiritual se desarrolle correctamente, fuerte y sana.
No puedo ver si nuestro yo, después de independizarse del cuerpo, sigue teniendo
algún tipo de desarrollo ó queda con la potencia alcanzada en ese instante. No puedo
pensar qué realidad tiene el tiempo en la realidad de la eternidad. El tiempo no puede
modificar la eternidad. Si así fuese, sería una modificación en un instante determinado, que indicaría modificación de la eternidad en un punto determinado, constituyendo así un antes y un después, habiendo en ese caso modificación y movimiento, siendo en
ese caso la existencia parecida a lo que es ahora. No es posible continuar con estas
ese caso la existencia parecida a lo que es ahora. No es posible continuar con estas
deducciones ya que nuestra forma de razonar no alcanza a prescindir del tiempo y
espacio, como he dicho anteriormente. Aunque no podamos saber cómo está el yo
independiente, sí sabemos una cosa, que sigue siendo yo. Después, sí sabremos y
veremos con claridad lo que ahora no podemos entender.
Hay un punto que creo es muy interesante: el conocimiento de nuestro interior, de
nuestro pensamiento, de nuestro yo.
Es claro que la actuación de nuestra parte íntima es fundamental en el desarrollo de esa misma parte. Luego, tiene una realidad evidente, que es consecuencia de esa actuación por muy íntima que sea. Supuesto que nosotros no hemos intervenido a la hora de nacer, alguien ha actuado para que nosotros estemos unidos a nuestro cuerpo.
Ese alguien conoce nuestro yo y lo distingue de los demás yos, ya que él es el que nos ha puesto en el tiempo ahora para desarrollarnos. Por tanto, nuestro yo es conocido
Ese alguien conoce nuestro yo y lo distingue de los demás yos, ya que él es el que nos ha puesto en el tiempo ahora para desarrollarnos. Por tanto, nuestro yo es conocido
perfectamente en su manera de actuar y pensar. Es un ser que constituye el mundo de
otros muchos seres individuales, que forman parte de un orden en esa realidad. Si
forman parte de un orden, son individuos que tienen una relación unos con otros, que
se conocen, se distinguen y actúan en esa realidad. Luego también conocen nuestra
parte espiritual ahora, aunque nuestra parte espiritual no pueda percibirlos por estar
sujeta a la actuación conjunta con el cuerpo y a los parámetros de razonamiento
limitado de tiempo y espacio. Luego, como deducción, esos otros yos forman parte
totalmente real de nuestro ahora y tienen una relación real con mi yo. El que yo ahora
no pueda conocerlos directamente, es por la circunstancia de nuestra limitación; pero
ellos sí conocen nuestro yo, ya que tienen independencia de actuación. Es posible, por
ellos sí conocen nuestro yo, ya que tienen independencia de actuación. Es posible, por
tanto, una interacción en el desarrollo de nuestro yo con los otros yos. (Me da la
impresión de que he corrido demasiado es estas deducciones… no sé).
Si esa otra realidad espiritual es tan inmediata, no tiene por qué estar existiendo lejos
de nuestra realidad del ahora. Pueden ser realidades que se tocan, que existen en el
mismo lugar, por decir algo, y que no se son extrañas; siendo nuestro tiempo una
pequeña circunstancia pasajera, de esta otra realidad importante y verdadera para
nosotros.
de nuestra realidad del ahora. Pueden ser realidades que se tocan, que existen en el
mismo lugar, por decir algo, y que no se son extrañas; siendo nuestro tiempo una
pequeña circunstancia pasajera, de esta otra realidad importante y verdadera para
nosotros.
Los sueños: mientras dormimos, nuestro cuerpo descansa y, en los sueños, nuestro
espíritu trabaja. Observando los sueños, nos damos cuenta de que en un instante, nos
ha parecido que se ha desarrollado un largo sueño. Igualmente, soñamos cosas muchas veces ilógicas (no podemos correr, volamos, no tenemos lucidez de pensamiento,
ha parecido que se ha desarrollado un largo sueño. Igualmente, soñamos cosas muchas veces ilógicas (no podemos correr, volamos, no tenemos lucidez de pensamiento,
desconociendo dónde nos encontramos ó por dónde tenemos que volver a un lugar…).
Unas veces soñamos pesadillas, otras cosas agradables, otras son actuaciones en
situaciones ilusorias… Pero tenemos la sensación de que son reales. En estos sueños,
nuestro espíritu sigue utilizando las categorías de tiempo y espacio. Sin embargo, la
percepción no se realiza a través de los sentidos corporales, ya que estos sentidos
están reposando. Es el momento idóneo para que se dé una interacción entre nuestra
parte Espiritual y otros yos. Ahí se podría entender las premoniciones, visiones,
telepatías…
están reposando. Es el momento idóneo para que se dé una interacción entre nuestra
parte Espiritual y otros yos. Ahí se podría entender las premoniciones, visiones,
telepatías…
Para nuestro espíritu es una realidad. Observamos alguna de las características de los
sueños: El tiempo no corresponde al horario, el espacio tampoco corresponde a un
espacio consecutivo, podemos trasladarnos instantáneamente de un lugar a otro,
seguimos manteniendo nuestra personalidad en todo momento. ¿Es así, quizás, como
actúa nuestro yo cuando se independiza del cuerpo?. Posiblemente, ya que en el sueño el único que actúa es el espíritu, el cuerpo descansa.
Hoy es 30 de Mayo de 2011. Hoy, hace un año, murió Javier, mi hijo. He leído todo
esto que he escrito y me parece algo tan evidente que pienso es una patochada. Sin
embargo, es un compendio de razonamientos que merecen la pena meditar y seguir
haciendo deducciones y conjeturas para ver el sentido de nuestra vida. Si lo consigo,
ha merecido la pena estos pensamientos y, si no lo consigo, también ha merecido la
pena, porque he ordenado de alguna manera mi forma de pensar.
Hoy es 3 de Agosto de 2011. Es curioso, esta vida es una realidad y la otra vida
también es una realidad. ¿Por qué no hay un contacto más palpable entre ambas
realidades?
Por experiencia sé que los que están en la otra vida conocen íntimamente nuestras
actuaciones. Sin embargo, nosotros no “palpamos” esa realidad de la otra vida. Nos
vemos obligados a echar mano de la fe. No tenemos materia prima para tocar la
existencia de nuestros seres que han pasado por la muerte para seguir viviendo.
existencia de nuestros seres que han pasado por la muerte para seguir viviendo.
Nosotros percibimos por los sentidos. Necesitamos algo tangible, materia física.
Sólo con nuestro espíritu no podemos “palpar” esa vida real que hay a nuestro
alrededor. Los que están en esa vida, sí nos sienten a nosotros y conocen
lo qué hacemos, lo qué pensamos, lo qué necesitamos… porque ven directamente
nuestro interior y nuestro exterior. No necesitan materia para pensar, ni materia para
saber y ver. Son libres para actuar y tienen sentimientos. Luego tienen que estar a
nuestro lado, tienen que intentar ayudarnos , no sé cómo. Pero son ellos, con nombre
y apellidos. Sin embargo, no los percibimos; pero, ahí están.
Evangelio de San Juan capítulo 20, versículo 17: Cuando Jesús le dice a María
Magdalena que no le toque porque todavía no había subido al Padre.
Es curioso, Jesús estuvo muerto tres días y “todavía no había ido al Padre”.
¿Dónde había estado durante ese tiempo o qué había estado haciendo? O quizás sea
cuestión de relación tiempo-eternidad. Cuando alguien muere, por inercia parece que
tiende hacia algún sitio que le atrae como un imán. Jesús no tenía que purificarse lo
más mínimo por ser Dios. Luego no tenía ningún impedimento para ir al Padre y, sin
embargo dice que no lo toque porque todavía no había subido al Padre. Parece que
quiera indicar que en el cielo también existe la distancia. Pero entre el Padre , el Hijo y
el Espíritu Santo no existe ninguna distancia porque son lo mismo.
Hoy estamos a 18 de Diciembre de 2011
He estado pensando mucho sobre la presencia de Jesús en el mundo.
Les dijo a los discípulos : “Estaré con vosotros hasta el final de los tiempos”.
Jesús es Dios y no puede ni mentir ni equivocarse ni equivocarnos. Si dijo
que estará con nosotros hasta el final de los tiempos, es cierto que sigue estando
con nosotros como lo estaba con sus discípulos, luego está ayudándonos y
echándonos una mano como lo hacía cuando estaba en Israel hace dos mil once años. Es el mismo.
Jesús está con toda la efectividad que estaba entonces, aunque no lo veamos. Podemos
dirigirnos a El, como uno cualquiera de las gentes de Israel en su tiempo. Y El nos
atiende. Más aún, no lo vemos, necesitamos tener fe y esta fe es más interesante para
nosotros. A Tomás le dijo que creía porque había visto, “dichosos los
que sin haber visto han creído”. Y ahí estamos nosotros.
No lo vemos, pero dijo que permanecería con nosotros y eso es irrefutable. Hasta qué
punto hace falta la fe para tener evidencia de esto? Si Jesús que es Dios, así lo dijo, no
podemos objetar nada. Está con nosotros, entre nosotros y para ayudarnos en lo que
necesitemos. Tenemos que pedir, como hacían las gentes que se le acercaban.
Si Dios está con nosotros, ¿ qué problemas podemos tener? ¿ Qué podemos temer ó
qué podemos desear que no podamos conseguir?
Parece que estuviese escribiendo un libro religioso y no es así. Estoy intentando
razonar. Y este tema es lo más evidente que encuentro. Hay otros muchos más temas:
“ lo que hagáis a uno de vosotros, a mí me lo hacéis”, el tema del buen samaritano….
No lo vemos, pero tenemos que notar su presencia entre nosotros y con nosotros. Si
reflexionamos un poco, nos damos cuenta que muchas veces nos han ocurrido cosas
buenas que no nos explicamos por qué ni cómo. Otras veces hemos pedido otras
cosas que nos han sido dadas al revés, por decir algo. Y la mayor parte de las veces no sabemos si recibimos algo que hemos pedido o no, pero sí sentimos que Algo
tenemos a nuestro lado y que nos da tranquilidad y bienestar. Es como una paz…. Yo, pedí mucho para que Javier se curase y mucha gente pidió mucho para que así fuese y, sin embargo, murió. Es increíble. Una mujer le toca la ropa y sana, un muerto, resucita
La leucemia no es ningún trabajo para Dios el curarla… y, sin embargo, Javier murió.
Pero Javier tuvo una enfermedad que le fue madurando la personalidad, le fue
desarrollando espiritualmente y Javier estaba muy bien preparado para afrontar la
muerte. No es tan interesante el cuándo como el cómo. El tiempo pasa
inexorablemente.
inexorablemente.
Qué importa un poco más adelante o que ahora. Lo importante es estar maduro y Javier
maduró . Eso es lo importante. Por eso creo que lo que pedimos a Jesús por la salud
de Javier, lo concedió con creces, aunque no como nosotros le pedíamos que fuese.
Lo mismo ocurre con todas las demás cosas. A Pedro le dijo “Echa las redes”
después de que no habían pescado nada en toda la noche y las sacaron repletas.
Parece que son momentos irracionales para hacer las cosas y, sin embargo es entonces la decisión de Dios. Por eso, qué vamos a decir sino que nosotros exponemos y El
decide.
Es una perogrullada lo que digo porque es tan evidente….A veces soñamos con que
estamos viviendo en los años treinta de la Era cristiana y no nos damos cuenta que así es y con circunstancias a nuestro favor.
25 de Diciembre de 2011 He oído las predicaciones del párroco, he oído las lecturas
de la misa y me doy cuenta de que lo que estoy escribiendo es una paparruchada. En
la misa ya nos lo están diciendo todo lo que intento escribir y nos lo dicen con la
autoridad de Dios. Es palabra de Dios. Sin embargo, lo oímos sin darnos cuenta de
lo que dicen. Quizás los mismos curas ni se dan de cuenta lo que dicen cuando
preparan un sermón ó cuando leen la palabra de los evangelios. Sin embargo ahí se
dice todo: que Jesús está entre nosotros para ayudarnos, que está deseando que
acudamos a El, que existe la vida después de la muerte, que debemos portarnos
correctamente con nuestros semejantes….
Que todo pasa y que tenemos que aprovechar lo mejor que podamos el tiempo que nos queda. Lo que importa en esta vida es aprovechar lo que vivimos. Importa muy poco
hacer dinero, estudiar, tener éxito en la sociedad…. Todo eso está muy bien mientras
hacer dinero, estudiar, tener éxito en la sociedad…. Todo eso está muy bien mientras
no nos desvíe de lo principal: amar Dios y a los demás. Nuestra finalidad en la vida
está en nosotros mismos a través de los demás. Somos personas y como tales,
está en nosotros mismos a través de los demás. Somos personas y como tales,
individuales; pero, personas sociables.
Tenemos total libertad y por tanto, total responsabilidad. Sin embargo, para hacer algo bueno dependemos totalmente de Dios, pues sin El no podemos hacer nada bueno;
porque todo bien proviene necesariamente de Dios. Aparentemente parece que hay
una contradicción: por una parte somos responsables y por otra necesitamos
totalmente de Dios para hacer las cosas bien. ¿Cuál es nuestra aportación en nuestras
acciones?. Solo nos queda el acto de libertad. El elegir hacer el bien, pudiendo elegir
otra cosa. El intentar hacer el bien, aunque aparentemente no lo consigamos. Si
nosotros ponemos nuestra voluntad de hacer el bien, elegimos el bien, Dios, que está
con nosotros, hace todo lo demás para que así sea. Es curioso lo poco que se nos
exige. Tan sólo nuestra libertad de actuar junto con Dios, siendo Dios el principal actor de nuestros actos.
Todo esto me suena como si estuviese preparando un sermón ó algo así. Nada más
lejos de mí. No tengo idea para qué estoy escribiendo estas cosas. Son tan evidentes,
tan oídas, tan claras… que me da la impresión una vez más de que estoy haciendo el
indio. Sin embargo, me sirven para organizar mis ideas y pensar más o menos
ordenadamente en estos temas tan importantes. En este sentido, voy a seguir
escribiendo. A mí me viene bien y si alguien lo lee y le sirve para poder pensar sobre
estos temas, pues, me parece estupendo. No estoy muy seguro de que siga un orden
racional estricto en mis razonamientos. A veces deduzco cosas que no estoy seguro
que sean correctas, por eso, si alguien no está conforme con lo que escribo, me parece muy bien.
Sigo al paréntesis del principio, 29-1-2012. Me he quedado con la mente en blanco.
Si Dios rige todo y necesitamos que nos ayude en todo, lo que tenemos que hacer es
aceptar la vida como nos va viniendo e intentar hacer buenamente lo mejor que
podamos, sin desesperarnos por el mañana. Dios sabe qué nos va a ocurrir y El hace
que vivamos esas circunstancias para que reaccionemos correctamente y siempre
confiados en Su Voluntad. No debemos forzar las acciones heroicas ni las reacciones
absurdas de desesperación. Dios hay una cosa que no puede hacer y es el mal, ni
tampoco , desearlo para nosotros. Luego todo lo que nos venga tiene que ser para
nuestro bien, aunque no lo entendamos así, si lo aceptamos voluntariamente, usando de nuestra libertad. La vida diaria es lo que nosotros tenemos que vivir sin miedos ni
malos sentimientos; pues si lo que nos ocurre es voluntad de Dios, si lo aceptamos,
es un bien que recibimos.
Nuestro mérito y responsabilidad en la vida está únicamente en aceptar la vida y
reaccionar correctamente, según nuestro entender, pero sabiendo que es Dios quien
nos pone esas circunstancias para nuestro bien y nuestro desarrollo espiritual.
Día 15 de marzo de 2012. Cuando he abierto esta carpeta para seguir haciendo algunos apuntes, he leído algo que escribí sobre que en la otra vida no existe el tiempo ni la
mutación. Es curioso, porque, En la otra vida existe el tiempo y existe el cambio.
Nuestra existencia viene a ser una existencia en tres partes: Comienza el cuerpo y el
espíritu, el cuerpo se agota y el espíritu se hace fuerte y actúa sólo. En la segunda
Parte, el espíritu actúa sin el cuerpo, pero con libertad, y se va perfeccionando.
En la tercera parte, vuelven a unirse el cuerpo y el espíritu y, como no pierden la
libertad, siguen perfeccionándose.
Todo esto es claro en el evangelio:” hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso”.
Cuando resucita le dice a María: “No me toques porque todavía no he subido al Padre”
Si en tres días que ha estado muerto, todavía no ha ido al Padre….
La libertad es el don más preciado que tenemos y por el que podemos ganar méritos.
No es lógico que nuestro espíritu viva sin tener libertad, sin poder merecer, sería algo
automático, algo fatal. Dios es Bien y no es posible que los espíritus no tengan libertad
automático, algo fatal. Dios es Bien y no es posible que los espíritus no tengan libertad
Y mucho más perfecta que la que tenemos aquí. Si no hubiese libertad para los
espíritus, los ángeles no se hubiesen revelado contra Dios; y otros, sin embargo, le
fueron fieles.
espíritus, los ángeles no se hubiesen revelado contra Dios; y otros, sin embargo, le
fueron fieles.
En cuanto a la tercera parte, cuando vuelven a estar juntos el cuerpo y el espíritu,
también resulta evidente a partir de la ascensión de Cristo en cuerpo y alma al cielo,
Así como la asunción de la Virgen María en cuerpo y alma al cielo. Tanto Jesucristo
como María, están ya viviendo esa tercera parte, por decir algo. La Iglesia cree en la
“resurrección de los muertos”, refiriéndose a la unión nuevamente del cuerpo con el
espíritu. Se aprecia claramente que sigue habiendo movimiento, que sigue habiendo
mutación, que siguen siendo vidas dinámicas, aunque no sabemos cómo eso ocurre.
Pero sí es cierto que ocurre.
Día 31 de Julio de 2012. Estamos inmersos en la eternidad. Desde el momento en que
somos engendrados, comienza nuestra carrera en la existencia. Tenemos un punto de
referencia de ese inicio, al ser engendrados. Sobre este inicio cabe la cuestión de si
nuestro espíritu, al provenir directamente de Dios, ya era eterno. No pretendo sacar
ahora este punto de vista. Mas bien, lo que pretendo es ver que nuestra existencia no
puede dejar de ser eterna. Hemos comenzado la vida con la unión de cuerpo y alma.
Ambos se van desarrollando y llega un momento donde esta unión desaparece: el
cuerpo, como materia, va a la materia; y , el alma, como espíritu, sigue su vida y su
camino. Sigue desarrollándose y perfeccionándose ya que sigue actuando con libertad y, por tanto, con la capacidad de conseguir méritos que lo perfeccionen. En esta
segunda vida, al estar libre el espíritu y no tener las limitaciones del cuerpo, su actividad es mucho más intensa, su conocimiento es mucho mayor. De estas premisas no se puede concluir que su mérito también sea mayor, ya que,
sus actos, al tener mejor conocimiento, no les falta mérito; pero en la actuación con
el cuerpo, al menor conocimiento, se le suma la fe, el no ver claramente y actuar
con la confianza de nuestra fe. Lo que suponen un gran mérito para nosotros.
“Dichosos los que sin haber visto, han creído”.
segunda vida, al estar libre el espíritu y no tener las limitaciones del cuerpo, su actividad es mucho más intensa, su conocimiento es mucho mayor. De estas premisas no se puede concluir que su mérito también sea mayor, ya que,
sus actos, al tener mejor conocimiento, no les falta mérito; pero en la actuación con
el cuerpo, al menor conocimiento, se le suma la fe, el no ver claramente y actuar
con la confianza de nuestra fe. Lo que suponen un gran mérito para nosotros.
“Dichosos los que sin haber visto, han creído”.
La tercera vida, cuando el espíritu vuelva a unirse al cuerpo, será quizás una vida
donde predomine la fuerza del espíritu sobre la materia; pero, seguirán ambos teniendo libertad y seguirá, por tanto, siendo una vida activa. Recalco lo de la vida activa,
porque hay demasiada tradición del “descanso eterno”, es decir, de una vida amorfa,
sin movimiento , fatal, sin expectativas, sin actividad propia. Es precisamente todo lo
sin movimiento , fatal, sin expectativas, sin actividad propia. Es precisamente todo lo
contrario en cuanto a actividad.
No podemos menos que existir eternamente. Aunque queramos desaparecer, no
podemos. Siendo así, lo lógico es que miremos más hacia delante, sin preocuparnos
tanto de nuestras circunstancias actuales, que como actuales, son ya pasadas.
Si esta vida es una preparación del desarrollo de nuestro espíritu, intentemos no
perder el tiempo en actuaciones que no nos sirvan de desarrollo espiritual. Cuanto más
nos desarrollemos ahora, mejor será para nosotros en la eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario